Los diferentes tipos de techo para una casa nos ayudan a darle un toque personal a la casa. El techo ayuda a protegernos de las condiciones climáticas, es por eso que debemos elegir el mejor tipo de techo que nos brinde más seguridad.
Los tipos de techo para una casa puede ser tanto exterior como interior.
Tipos de techo interiores
Este tipo de techo suelen ser meramente decorativos, ayudando a personalizar la casa.
Techo de madera: Este tipo de techo es muy ecológico, y moderno. Frecuentemente es utilizado en diseños modernos ya que es un material que nunca queda obsoleto en la moda. El techo de madera ayuda a darle un aire más rústico y hogareño al espacio donde es colocado.
Falso techo de yeso: El color claro de este material ayudará a darle una sensación de mayor espacio y mayor luminosidad.
Serie LED: Una serie adhesiva que permite colocarla donde más desees, dándole un toque de luz y brillo.
Falso techo textil: Este techo se caracteriza por su resistencia y luminosidad.
Techos modulares: Los mejores materiales para llevar a cabo este tipo de techo son la madera y el metal. Son muy útiles para ocultar instalaciones eléctricas.
Mejores materiales del techo para una casa
Elegir el material que ocuparemos para el techo de una casa puede llegar a ser una tarea complicada, sin embargo debe evaluar los pros y contras que presenta cada opción.
Tejas: Además de lucir maravillosas, la ventaja de este material es que es un aislante térmico y acústico, además de contar con propiedades impermeabilizadoras.
Madera: Al igual que como en los techos interiores, este material es de los preferidos ya que cuenta con alta resistencia, belleza, practicidad y durabilidad.
Cemento: Además de ser un material bastante económico, también es resistente y durable.
Laminados: La ventaja de este tipo de techo para una casa es que se puede crear con diversos materiales, como las láminas de poliuretano que permiten el paso de la luz y son igual de resistentes que una lámina de metal.
Importancia de la impermeabilización
Las filtraciones de agua pueden causar consecuencias preocupantes a corto y largo plazo. Además del daño que sufriría el interior de la edificación. Este daño estructural podría ser inevitable si el problema persiste.
La segunda causa más común del deterioro de un edificio se debe a los daños por agua, ya que los materiales de construcción tienen un periodo de vida más corto cuando se exponen durante un periodo prolongado al agua o a condiciones de humedad.
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