Un deshumidificador es un dispositivo con el objetivo de eliminar el exceso de humedad en el ambiente. Generalmente, son más usados en lugares que cuentan con un clima muy húmedo. Poseer un dispositivo como un deshumidificador puede tener muchos beneficios.
Los beneficios de un deshumidificador
Elimina el exceso de humedad en el aire con un deshumidificador
Vivir en un área con lluvias frecuentes puede hacer que el ambiente se sienta demasiado húmedo e incluso podrás notar moho con frecuencia. Un deshumidificador ayuda a eliminar el exceso de esta humedad del aire, lo que permite tener una mejor calidad de vida.
El exceso de humedad puede causar:
- Aparición de moho con frecuencia
- Menor vida de los alimentos
- La ropa se seca más lento
Mejora la calidad del aire con un deshumidificador
Un deshumidificador puede ayudar a las personas, especialmente a aquellas que sufren algún problema respiratorio como asma, ya que un deshumidificador elimina una gran cantidad de polvo en el aire.
Además de que se reducen las posibilidades de la aparición de moho, lo que ayuda a evitar enfermedades por exposición a las esporas del mismo.
Previene daños por humedad
Hay áreas en el hogar que son más propensas a sufrir daños por humedad que otras. Un deshumidificador garantiza que su hogar no tenga exceso de humedad, manteniéndolo seguro y previniendo daños por la misma. Esto también puede ayudar en lugares donde las tuberías se encuentren expuestas, ya que con frecuencia acumulan condensación y puede que se acumule agua debajo.
Daños por agua y humedad
Los daños por agua más comunes incluyen:
- Descomposición de estructuras y acabados
- Corrosión de metales (como podrían ser las vigas de acero, dinteles, marcos de puertas metálicas, el acero del refuerzo en el hormigón)
- Hinchazón de las placas de yeso
- Desunión de las baldosas
- Formación de ampollas en la pintura
- Deterioro de la edificación
- Riesgos eléctricos (cortocircuito de la iluminación o enchufes)
Importancia de la impermeabilización
Las filtraciones de agua pueden causar consecuencias preocupantes a corto y largo plazo. Además del daño que sufriría el interior de la edificación. Este daño estructural podría ser inevitable si el problema persiste.
La segunda causa más común del deterioro de un edificio se debe a los daños por agua, ya que los materiales de construcción tienen un periodo de vida más corto cuando se exponen durante un periodo prolongado al agua o a condiciones de humedad.
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