En este artíulo te ayudaremos a averiguar cómo impermeabilizar fachadas exteriores, cuáles son los mejores materiales para utilizar en diferentes tipo de sustratos.
La impermeabilización es un método que evita la filtración o penetración de líquidos u otros fluidos hacia el interior o exterior de una construcción, mediante la aplicación de un sistema aislante de protección. El sellado lo proporcionan principalmente productos de construcción como membranas o materiales como el yeso.
Se utiliza para azoteas, construcción de depósitos de agua, piscinas, o cualquier otra estructura destinada al almacenamiento de líquidos.
Limpieza para impermeabilizar fachadas exteriores
El primer paso obligatorio para cualquier tipo de impermeabilización es hacer una limpieza profunda del área que se desea recubrir. Los muros debe estar completamente limpios para obtener resultados óptimos. Una vez limpia el área, deberá reparar grietas y fisuras que haya en el muro.
Mejores materiales para impermeabilizar fachadas exteriores
Dependiendo el tipo de muro que desee impermeabilizar, será el material que mejor funcione. Algunos ejemplos son los siguientes:
Tipo de muro | Materiales |
Revestidos de cemento | Recubrimientos impermeables con base disolvente |
Ladrillo visto | Selladores incoloros para ladrillos a la vista (tipo barniz) |
Piedra | Productos hidrofugantes repelentes de agua |
Fachada sin cal ni yeso | Pinturas al silicato |
Fachadas exteriores en zonas lluviosas | Pinturas plásticas impermeables |
¿Cómo impermeabilizar fachadas exteriores de cemento?
- Primero se debe limpiar cualquier grasa, polvo y humedad que pueda tener el muro.
- Después aplique estabilizadores para evitar desprendimientos del material.
- Finalmente aplicará el impermeabilizante de su elección siguiendo las indicaciones del fabricante.
Se recomienda que su pared esté libre de humedad, moho, grietas y suciedad antes de aplicar el impermeabilizante, para que tenga los mejores resultados.
Importancia de la impermeabilización
Las filtraciones de agua pueden causar consecuencias preocupantes a corto y largo plazo. Además del daño que sufriría el interior de la edificación. Este daño estructural podría ser inevitable si el problema persiste.
La segunda causa más común del deterioro de un edificio se debe a los daños por agua, ya que los materiales de construcción tienen un periodo de vida más corto cuando se exponen durante un periodo prolongado al agua o a condiciones de humedad.
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